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LOS OTROS CEBOS

Cuando éramos más jóvenes y empezábamos con esto de la pesca de la carpa, seguramente de la mano de nuestro padre, la jornada de pesca empezaba en la cocina. Con experiencia elegíamos las patatas del tamaño adecuado, las limpiábamos un poco bajo el grifo y las poníamos a hervir. En otros casos antes de ir a pescar nos dábamos una vuelta por las acequias de la huerta, azada en mano, para buscar esas lombrices tan apetitosas. Algunas veces, pescando al lado de otros pescadores, descubríamos algún cebo nuevo que ellos utilizaban (con éxito) ¡y que nosotros ni siquiera pensábamos que podía ser valido! Vamos a hablar de cebos que han aparecido recientemente en nuestra modalidad de pesca y de los cebos tradicionales que se han empleado toda la vida para pescar carpas. Seguro que alguno de ellos puede sacarnos de algún apuro en el futuro, cuando los boilies no pescan nada…

LA PATATA

Para muchos pescadores la patata es el cebo nº1. La atracción que presenta sobre el pez es difícil de imitar por otros cebos, ya que contiene gran cantidad de almidón que se difunde muy bien por el agua y es percibido por el pez, estimulándole inmediatamente a tomar el cebo. La manera de preparar la patata es la siguiente: se toma una patata (preferiblemente bastante redonda) y la limpiamos un poco con agua corriente. Ponemos un cazo con agua y ponemos la patata dentro. La cantidad de agua debe ser tal que cubra la patata totalmente. Lo ponemos al fuego y contamos 20 minutos cuando empieza a hervir. Pasado este tiempo la sacamos del cazo con ayuda de una cuchara y la guardamos en algún recipiente para llevárnosla. Conviene que se vaya enfriando por si sola, para que después todo el interior sea homogéneo. Si la enfriamos bajo el grifo habrá un gran cambio de temperatura entre la parte exterior y la inferior, que puede dar lugar a grietas cuando la pongamos en el anzuelo. Cortamos la patata por la mitad y después a la larga, haciendo gajos que insertaremos en el anzuelo como indicamos en la ilustración. El problema que presenta este cebo es que si nos pasamos hirviendo la patata quedará demasiado blanda y no aguantará en el anzuelo (se caerá al lanzar) y si, en cambio, la hervimos poco, quedará muy dura y dificultará el clavado del anzuelo cuando la carpa tome el cebo. Hay otras opciones para montar la patata en el anzuelo. Se trata de cocinar patatas más pequeñas que pondremos íntegramente en el anzuelo. Para este método se usan anzuelos triples. Como desaconsejamos totalmente el empleo de estos anzuelos por el daño que le causan al pez, preferimos también no emplear la patata de este modo.

EL MAIZ

 

El maíz es un cebo interesantísimo y de aceptación muy rápida por la carpa. ¿Qué quiere decir esto? Pues que mientras otros cebos la carpa debe probarlos y aprender a apreciarlos como comida, en cuanto ve un grano de maíz (aunque sea por primera vez) ya sabe que puede comerlo y que le va a gustar. Esto es debido a que el maíz presenta una gran concentración de hidratos de carbono, que estimulan el apetito de la carpa. Podemos preparar el maíz en nuestra casa pero lo mas corriente es comprarlo ya preparado en lata, como seguro que ya sabéis. Es un cebo muy conocido y seguro que más de una vez habéis pasado por el supermercado, de camino al pesquil… El maíz es muy utilizado como cebado y preparado con este fin en grandes cantidades. Cuando lo hagamos, no está de más separar los mejores granos aparte para emplearlos en el anzuelo. Existe también una variedad de maíz que destaca por su tamaño: es el maíz gigante. El interés reside en el hecho de que es el triple de grande que el maíz corriente, pero su contenido nutritivo es menor y por ello también la atracción sobre el pez.

LA MASILLA

El arte de hacer una buena masilla se pierde en el tiempo. La masilla clásica de harina con agua y colorante alimenticio (símil del azafrán) puede complementarse con muchos otros ingredientes, siendo un verdadero arte que muchas veces es “secreto de pesca” de los pescadores mas viejos. La receta clásica se prepara de la siguiente manera: se pone en un vaso un dedo de agua y se añade colorante de cocina para teñirla de amarillo. Una vez tenemos el tono que queremos, empezamos a echar harina poco a poco, moviendo con una cuchara o mejor con un palito. Conforme vamos echando mas harina la mezcla se va haciendo mas espesa y cuesta mas moverla. Llegará un momento que podremos sacar el palito con una gran cantidad de masa y ésta no se caerá. Es el punto óptimo, ya podemos llevárnosla a pescar, no sin olvidar coger un poco más de harina por si acaso, porque a veces llegamos al pesquil y la masa se ha reblandecido. La capa exterior está bastante seca pero lo de abajo está muy poco consistente. Un poco de harina más y será perfecta para que aguante en el anzuelo. ¿Cómo la colocamos? Con el palito sacamos una buena porción de masilla y la frotamos contra el anzuelo, dando vueltas como si estuviéramos “bobinándolo” con tiras de masa. El problema que presentan las masillas es que aguantan mal en el anzuelo y no soportan lances fuertes. Aunque hagamos una masa de buena consistencia y la sujetemos bien al anzuelo, una vez en el agua se irá disgregando hasta caer. Otras recetas de cocina para nuestra masilla consisten en la adición de aceites diversos (pescado, maíz, etc.), edulcorantes (sacarina liquida, aspartamo), aromas, miel, u otros componentes que nos dicte nuestra imaginación.

 

 

EL HABA

El haba es un cebo de gran tamaño que ha sido empleado desde hace años en muchos embalses españoles, sobre todo en Extremadura, y que atestigua muchas y grandes capturas. Su uso habitual es enganchado directamente al anzuelo pero en nuestro caso podemos atravesarlo para colocarlo en el hair. Es un cebo que funciona muy bien en lugares donde las carpas han sido acondicionadas a él y ya saben reconocerlo. En sitios donde no se ha empleado jamás su eficacia es menor; tendremos que hacer cebados previos para que la carpa aprenda a apreciarlo.

 

 

EL CACAHUETE

Cebo muy empleado en Francia, aquí es poco conocido. Su principal interés reside en su alto contenido en aceite, que se difunde en todas las capas de agua hasta la superficie, ya que como sabéis, el aceite flota en el agua. Para facilitar su salida al exterior conviene retirar la piel rojiza del cacahuete y emplearlo desnudo. Por su bajo peso, puede utilizarse fácilmente en compañía de una porción de espuma en presentación flotante. Por esta misma razón funciona muy bien si pescamos en medio de cieno, ya que no se hundirá. El cacahuete requiere de cebado previo y de un periodo de acostumbramiento