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LA CHUFA

Es otro cebo que en Europa está muy bien considerado, sus adeptos lo prefieren incluso antes que el maíz. No es un cebo rápido ni instantáneo, sino que necesita de cebados previos para que la carpa lo acepte; en cambio, cuando ya ha sido introducido en un embalse y las carpas lo reconocen, la atracción es máxima, ya que se vuelven poco menos que locas con las chufas. Su gran poder de atracción se debe a la enorme cantidad de azúcar que contienen. Al ser muy duras, cuando son trituradas por los dientes faringeos el pez siente una explosión de sabor que lo estimula. Además este pequeño chasquido que se produce al machacarlas produce unas vibraciones en el agua que indican a otras carpas que sus hermanas han encontrado un cebadero y se están alimentando. Existe una variedad de chufas procedente de África que destaca por su color negro y su mayor tamaño, pero atención, estas chufas no contienen tanto azúcar y la carpa las aprecia menos. La presentación de la chufa se hace en forma de ristras sobre el hair.

 

 

EL ALTRAMUZ

Es un cebo poco utilizado en España, posiblemente debido a falta de costumbre y a su alto coste. Además de ser un cebo excelente para la carpa, es un cebo que rechazan otros animales molestos en la pesca como el cangrejo o la tortuga. Su presentación se hará sobre el hair en forma de ristra. No es necesario un largo periodo de aceptación, las carpas los suelen aceptar con bastante facilidad.

 

 

EL GARBANZO

 

Muy utilizado en centroeuropa, donde en muchos embalses hay amures que se vuelven locos con este cebo. El garbanzo absorbe mucha agua durante su preparación, doblando su tamaño. Por esta razón, podemos colorearlo muy fácilmente, tintando el agua en la que lo mantenemos en remojo. Incluso podemos darle aroma si lo añadimos durante la cocción. Al ser tan parecido a un boilie pequeño, se coloca sobre el hair de forma individual o en forma de ristra, según la finalidad que le vayamos a dar. El garbanzo también requiere de un periodo de aceptación, pero no demasiado largo.

 

 

LA LOMBRIZ DE TIERRA

Hay momentos previos a la pesca que ya forman parte de la misma. Esto ocurre también cuando vamos, azada en mano, a buscar lombrices en zonas húmedas, marjales o acequias que recientemente se han quedado sin agua. Sabiendo donde buscarlas es fácil hacerse con un par de docenas, de sobra para una buena tarde de pesca. La colocación en el anzuelo no plantea problemas, siempre que no sea demasiado grande. Hay pescadores que insertan las lombrices a lo largo del anzuelo, mientras que otros prefieren calvarlas por varios puntos para que tengan algo de movilidad. Con varias lombrices puede hacerse hasta un ramillete. Se puede llegar a poner en el hair aunque no es fácil: hay que conseguir varias lombrices tamaño XXL y pasarlas por un hilo, después haremos con ellas un ovillo del tamaño de una bola de golf que anudaremos en el hair. Hay especies de lombriz de tierra que crecen considerablemente, llegando a un grosor que permite ponerla en cualquier anzuelo. Una verdadera golosina para cualquier carpa… y especialmente para el barbo.

 

 

EL ASTICOT

En la pesca al coup y a la inglesa este gusano es el cebo predilecto. ¿Por qué no utilizarlo en la pesca de grandes carpas? La colocación en el anzuelo es un poco laboriosa, pero el resultado vale la pena. Tenemos que insertar un par de docenas de asticots en un hilo de coser, que después anudaremos al anzuelo (mejor si lleva anilla o bucle). Este cebo es irresistible, pero cuidado, no está muy bien visto porque la carpa lo toma con verdadero frenesí y el anzuelo clava muy en el fondo de la garganta.

 

EL FIAMBRE

No tan usado como cebo para carpas, en cambio, si que hay pescadores que lo utilizan para tentar grandes barbos. Podemos elegir trozos de chorizo, tacos de magro en conserva, rodajas de longanizas de Frankfurt, etc. Algunos tipos de fiambre se sujetan bien en el hair, mientras que otros se soltarán a la mínima que lancemos fuerte.